sábado, 23 de febrero de 2013

La empatía



empatía

  1. f. Sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra:
    la empatía consiste en ser capaz de ponerse en la situación de los demás.


Cuenta la leyenda que hay una emoción universal por desbloquear dentro de nuestros cuerpos. Un tesoro al alcance de la mano que lo puede todo, o al menos tantas cosas como:

Comprender nuevos conocimientos.

Comprender problemas de todas clases.

Saber evaluar a la hora de comprar.

Para ser político.

Aguantar las batallitas de abuelo (y no tan abuelo).

Para escuchar música.

Saber reírse de un buen chiste.

Saber reírse de un mal chiste.

Para mentir.

Identificar mentiras.

Crear.

Bailar con alguien.

Saborear y recordar.

Comprender porqué se alucina tanto con la última peli de moda.

Angustiarse del porqué se alucina tanto con la última peli de moda.

Actuar.

Prometer.

Decir la verdad.

Sentir que respiras.

Sumar notas y resulte en una melodía con sentido.

Decir más con esa melodía que con palabras.

Imitar.

Robar personalidad.

Hacer sonidos con la boca.

Llorar.

Llorar de verdad.

Conocerse a sí mismo.

Filosofar.

Ser médico.

Formar una sociedad.

Querer a alguien.

Aceptar a la familia.

Desear una familia.

Disfrutar de una película de venganza.

Vivir una película.

Cantar.

Viajar y disfrutar más los detalles que los museos.

Entender los porqués de la historia.

Disfrutar el sexo.

Hacer el amor.

Captar cualquier clímax existente.

Disfrutar los viajes en tren.

Recordar.

Olvidar.

Dejarte llevar.

Salvar una vida.

Agradecer.

Para saber cuando es suficiente y cuando no.

Encontrar en esto cierta similitud con el final de Monkey Island 2.

Escribir un diario.

Animar en la mente una foto.

Imaginar posibilidades.

Imaginar ficción.

Hacer cara de poker.

Irse de fiesta y recordarlo.

Jugar y disfrutar un videojuego.

Disfrutarlo más a varios jugadores.

Obligarte a ser delincuente.

Respetar.

Identificar que giramos y nos movemos a miles de kilometros en medio de la nada.

Comprender lo que de verdad significa una vida.

Concebirla.

Que tu ficción supere la realidad.

Fascinarse con el Universo.

Ser consciente de tu propia existencia.

Ser consciente de lo que supone o supondría realmente un “etc...” en esta lista.



Aún con esas, hay seres que no la dominan; o lo que es peor, la imitan a la perfección. Esos seres están por todas partes, siendo en su juventud cuando más se delatan, pero a lo largo de años de práctica logran adaptarse y camuflarse entre las emociones. Así surge una falsa empatía idéntica en casi todos los aspectos, salvo, claro está, en lo que se siente de verdad hacia lo tercero. Cuando ríen son forzados en su fondo, cuando prometen lo dicen con el pecho vacío, y a la hora de ignorar las exigencias, se vuelven unos maestros al no acumularsele nada en la conciencia. Todo esto en un juego que hasta ellos mismos se creen de tanto que se ha interpretado, ya que toda mentira contada cien veces deja de ser mentira...


Ahora todo es un cúmulo, una mezcla, todo en parte gracias a la evolución, todo en parte por la supervivencia. Todo, quizás, por pura costumbre de donde vivimos.

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