A partir de
un comentario que hice en CC se me ocurrió ésta idea de texto
reflexivo. Comentaba que a la hora de plasmar mis ideas de historias,
todas ellas del estilo fantástico, me suelo basar más en la
realidad y en libros realistas o didácticos. Esta ironía con mucha
lógica tiene sentido por el motivo de que todo, obviamente y al fin
y al cabo, está basado en donde vivimos: la realidad.
Siempre he
intentado huir un poco de las influencias que otros autores puedan
tener sobre mí, en un intento de ir creando de forma más original y
personal. Es inevitable no influenciarse, y no significa nada malo
después de todo, pues de otros aprendemos y vamos orientándonos a
la larga hacia el estilo y género que nos guste y nos sintamos más
cómodos. Pero no puedo evitar ver lo malo, y es eso mismo que indico
al principio del párrafo sobre que quizás al final podemos
parecernos demasiado a un autor favorito, perdiendo con ello
identidad.
Como ejemplo
cercano podemos apreciar el número de artistas que se tiran a la
fantasía épica cuando una obra del estilo triunfa y comienza a
llegar al público en general, saturándose toda web de turno y
librería de obras nuevas y, sobretodo, de re-ediciones sobre la
temática. De repente a todo el mundo le gusta la fantasía épica y
se comienza a aportar más de lo mismo sobre el género, donde algún
que otro autor revelación se descubre a fuerza de probabilidades de
cantidad. Todo esto se puede aplicar de igual forma al otro género
popular como lo es la ciencia-ficción.
El problema
es que todo nuevo autor se rige demasiado a las normas de la obra
original que sí aportó algo. Parece como si hubiese un miedo a
innovar, no se baraja la posibilidad de modificar características
y/o tópicos principales del género o, más probable, sencillamente
no surge la inspiración frente a una base bien definida, como las
paredes de un largo pasillo ya decorado y bien pensado con elementos
de un estilo en cuestión.
Ahí llega
mi opinión, y es que ¿cómo se va a inspirar uno con facilidad con
algo ficticio y ya construido en la mente de otra persona? Cualquier
intento de modificación o similitud se notará demasiado y quedará
artificial. Está el truco de dar un giro de tuerca o convertirlo en
lo contrario, pero no deja de ser eso mismo, una táctica para salir
del paso.
Lo que se
recomienda es ir a la fuente original que influenció a la obra
original y comprender que llevó a tener la idea, para luego ir
conectando y seguir poco a poco hasta comprender mejor. Me juego el
cuello que normalmente se basa en un suceso real, un personaje
histórico, un evento... no hay mejor inspiración que el propio
mundo donde vivimos.
Por citar
alguna obra clásica, analicemos por ejemplo Drácula. Se trata de
una novela fantástica basada en una figura real como lo fue Vlad El
Empalador, al que Bram Stoker atribuye una explicación del por qué
bebía sangre de sus enemigos orientada de otra forma,
específicamente hacia las leyendas arcaicas sobre vampiros o
extrañas personas enfermas semi-caníbales. Así se obtiene un punto
donde poder seguir adelante y comenzar a realizar algo realista a
partir de una suposición que bien sabemos es poco creíble.
Para
demostraros que no es tan difícil, pondré un ejemplo real que se me
acaba de ocurrir mientras veía hoy mismo por azar en la televisión
un documental sobre insectos. En el han hablado de una araña que no
tiene veneno, y por ello ha evolucionado adaptándose para enrollar a
sus presas de forma vertiginosa dentro de un pequeño capullo, el
cual llena de sus jugos gástricos hasta el punto de deshacer a la
pobre víctima para que sea succionada fácilmente, reciclando de
paso la tela usada. Bien, ahora apliquemos esto mismo a una historia
de ciencia-ficción, donde dos astronautas se encuentran con un ser
de una raza alienígena que hace lo mismo, cogiendo en el acto dicho
ser a un astronauta para inyectar sus jugos dentro del traje, donde
el compañero grita horrorizado al verlo deshacerse dentro de la
escafandra. Con ésto conseguimos una atmósfera auténtica de terror
con toque macabro donde la criatura ha ganado automáticamente
personalidad sin apenas hacer nada más. No os extrañe que Alien
esté basado en algún bichejo real, apostando a que el Amazonas es
un lugar de inspiración constante.
Seguimos con
el documental, donde acto seguido surge una mariposa que engaña a
sus depredadores asemejándose a una abeja, tal cual, imitando
incluso el sonido de las alas. Después se ha nombrado una colonia de
hormigas donde solamente la reina es fértil, siendo estériles todas
las demás hembras. A partir de estos pequeños datos se me ha
ocurrido una historia de una sociedad subterránea donde la gente no
se reproduce, los niños simplemente aparecen de algún lado y
durante generaciones los han ido cuidando e integrando sin plantearse
nada más. Un buen día la protagonista se queda embarazada, y ante
ésta incomprensión o milagro los más sabios de la sociedad la
envían hacia arriba a ver si así descubre su sitio, sin duda de
estado superior al suyo. Allí la chica descubre de casualidad otra
sociedad más acorde a la nuestra, resultando todo en un complot de
dominio que ha durado décadas. Ya que todo es una mentira, lucha por
desvelar la verdad para todos (principalmente para los de abajo)
mientras su hijo está a punto de nacer...
Y es que la
realidad, o conceptos como la naturaleza o la evolución tecnológica
humana, son fuentes inagotables de inspiración por la más pura de
las lógicas: no conocemos otra cosa. Todo a lo que se le da sentido
es por nuestra mente, por generaciones lejanas de antepasados que
empezaron a definir el mundo hasta asumirlo a la perfección. El
mundo no es así porque lo tenga que ser, es así porque nosotros lo
decimos. El ejemplo más sencillo para entendernos son los propios
gustos o ideas contrarias que tenemos con otras personas, comprobando
que eso de “cada persona es un mundo” tira hacia algo casi
literal.
Cuando se
dibuja, conectamos puntos porque sabemos la forma que tiene o debe de
tener lo que queremos expresar, pero si la realidad tuviera otra
forma, lo seguiríamos viendo igual sin cuestionarnos. Pero si con el
sentido actual de realidad cambiásemos esa misma forma, entonces
habría un choque y “creeríamos que es erróneo”. Todo esto
sería para tratarlo en otra ocasión, pues puede ser engañoso el
pensar que algo está mal hecho cuando no tiene el por qué (y surge
por otro lado una forma de crear ambientaciones y mundo únicos).
De igual
modo se puede aplicar a la combinación de colores, nuestra mente a
la hora de pintar sabe de sobra cuales combinan y cuales “chocan”,
y no es por otra cosa más que la definición del mundo que tenemos,
donde el amarillo nos casa bien con el negro porque quizás en el
subconsciente (o incluso experiencia de niño) lo asociamos con algún
animal o planta de estos dos colores.
Si algún
día se logra ver otro mundo (de esos que siempre se muestran
rosados, casi opacos, combinados de un constante tono amarronado),
nos parecerá extraño y en algunos puntos ilógico; imposible, pero
la culpa será de nuestra mente y su percepción, tan mal
acostumbrada desde siempre a este mundo.
Esa ha sido
la reflexión, espero haber sacado aunque sea una pequeña conclusión
dentro de vosotros. En teoría con éste truco para inspirarse habrá
un pelín menos de miedo a la página en blanco. Aun así no estará
todo solucionado o definido, una historia no trata sólo de
desarrollar una trama o base, sino que se desarrolla con lo más
importante como lo son los personajes, de esencia idéntica a las
ideas que inician y definen todo, pero con la excepción de que mutan
y son más libres. Ya se puede tener una idea de trama pobre, simple
o incluso estúpida, que podrá ser salvada en cualquier momento por
un buen protagonista o situaciones entre personajes. Pero esa es otra
historia.
Al hablar de
“perfección” entendemos que fue un concepto inventado por el
hombre, pero seguramente basado en la naturaleza y el Universo, los
principales patrones a la hora de crear y, por lo tanto, inspirarse.
La realidad siempre supera la ficción, pero al menos la ayuda cada
vez más a superarse.
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